Coño, qué mal
Me he cenado un sandwich y un vaso de cola-cao con un millón de galletas maría. Esta noche me sentiré pesado, pero qué le vamos a hacer.
Sobre las dietas. No soy un integrista, pero considero que el cuerpo funciona MUCHO mejor si le metes la gasolina que se merece. Y mucho más si le estás pidiendo que rinda a topa un montón de horas a la semana.
En alguna ocasión he seguido casi a rajatabla la dieta de la zona, del doctor Barry Sears. ¿Resultado? Bajada del nivel de grasa, mejora en el rendimiento, más energía (es la dieta que siguió un tal Dave Scott cuando volvió a la carga con 40 tacos y quedó 2º en Hawaii, con eso está todo dicho). ¿Que porqué lo dejé si es tan cojonudo? Porque implica una disciplina y unos condicionantes que no tengo: hay que comer al menos 5 veces al día, de una forma determinada, y yo trabajo y como fuera de casa. Y tengo vida social. Y hay algunas cosas que me gustan que no son sanas. Y punto.

Un paso más allá está la Paleodieta para deportistas, en un libro de Loren Cordain y Joe Friel (y decir Joe Friel es decir mucho en triatlón, probad a meter su nombre en google).

Resumo para no aburrir, pero recomiendo la lectura de los dos libros.
Dieta de la zona: come más proteínas sanas (pavo, pollo, atún, salmón), verduras y ciertas frutas. Algunos frutos secos, aceites del oliva y omega 3. Evita siempre los azúcares, las harinas, los hidratos cutres y las grasas cochinas. La fuente de energía que necesitas está en los hidratos de las verduras y de las grasas sanas. Come menos pasta, arroz , patatas. Lo que nos han contado sobre la pirámide nutricional dista mucho de ser lo mejor para nosotros. Y, además, tienes que calcular, en función de tu peso, actividad física y caloría necesarias, cuántos "bloques" de comida necesitas al día. Esos bloques tienen una proporción específica entre proteínas, hidratos y grasas... Y cuanto más afinados estén, más fácil será mantener bajos los niveles de insulina, que regula el apetito y la quema de grasas. Cuando estás en la zona te encuentras en medio de un círculo virtuoso, en el que el cuerpo funciona mejor y te empuja a moverte.
Paleodieta: llevamos cientos de miles de años alimentándonos de una manera (resumido en ciertas fuentes de proteína animal, frutas y verduras que los homínidos cazaban o encontraban). Hace muy pocos miles de años (10,000) se introduce la agricultura y la ganadería. Y el cuerpo no es capaz de acostumbrarse adecuadamente a la incorporación de hidratos que provienen de los cereales y a los lácteos. ¿Solución? Algo muy parecido a la dieta de la zona, incluyendo carnes rojas y prescindiendo de lácteos. Además, el libro de la paleodieta para deportistas indica lo que es mejor ingerir en función de si estás entrenando, compitiendo (en diferentes tiempos, desde carreras cortas a ultra-ironman), en post-entrenamiento, entre entrenamientos... En fin, que permite la ingesta de algunos azúcares antes y después de entrenar como forma de puesta en marcha y de recuperación eficiente (al fin y al cabo, nuestros ancestros no se metían las palizas que un triatleta se mete cada día). Resultado: mejor capacidad deportiva, menores infecciones, menor desgate...
Releyendo lo escrito he de decir que es un burdo resumen de los libros y que ahora me saldrán un montón de doctos eruditos defensores de la fabada y el bocata de panceta. Y yo les diré que muy bien, que allá cada cual. Y ellos me dirán que me quitarán las pegatinas de la bici cuando me pasen en el carril bici o en un IM. Y yo les diré que la base deportiva de cada uno, la genética, el tiempo de entrenamiento semanal y el día que tienes pueden hacer eso y mucho más. Y diré más... Diré que, probablemente, si yo comiera cualquier cosa sería todavía más paquete. Y más y más... Que yo no trato de convencer a nadie y que si me preguntas cómo bajar peso te diré cómo me funcionó a mi y qué dice la ciencia. Y más y más y más... Que la gastronomía es una delicia, pero los cocineros no suelen correr. Y están gordos. Y que nos podemos descojonar de alguien que cuida la alimentación, pero no nos descojonamos si alguien nos dice que no toma alcohol... Y al fin y al cabo son cosas que te metes al cuerpo y que acaban influyendo en tu desarrollo deportivo.
Y ahora dejadme en paz, que me voy a ver un trocito del IM de Hawaii 2007.
Besos en los morros