Arenas y cales

Nunca he sabido si lo de arena era la parte buena y la cal la mala o al revés.

El martes realizé mi santa sesión de natación y el miércoles salí con Pablo. Esa salida con el mister, en Talavera, ha sido la parte buena de la semana. Cojonuda. Tres horas de charla con alguien que destila triatlón por todos lados. Que te anima, te empuja, te pone en tu sitio... Te cuenta historias de Hawaii, de los comienzos del tri, de carreras populares y menos populares. Y también de lesiones, de momentos más bajos y de planes de futuro.

En esas tres horas no sólo lo pasé de puta madre, sino que él además vio cómo voy en bici. Y, palabras textuales "estás mucho mejor de lo que me esperaba". Subidón. Me hablaba de los vatios que estábamos moviendo, de los arreones en las subidas (cortas y no empinadas) y la verdad es que yo me crecía por momentos. El pobre iba con unas toses y unos mocos que ya los querría Zubi. Y, aun así, me acompañó las tres horitas que me tocaban. Gracias Pablo.

Ayer por la tarde llevé la Cannondale y la Karbona a que pasaran parte de las piezas de una a la otra. Manillar de carretera, manetas, Q-rings, pedales y ruedas para la Karbona. Estaba lista hoy por la tarde.

Y esta mañana me han llamado de Ciclos Delicias. La Karbona está fisurada en uno de sus tubos. Imagino que los chinos me mandarán un nuevo cuadro, pero no puedo esperar a tener el ok, mandar el cuadro para allá y recibir otro nuevo. Lanzarote está a la vuelta de la esquina y necesito una solución rápida. La solución creo que se llama Cervelo P2C. Ni idea de si será el modelo del año pasado o el de este año (cuestión de precio), pero lo tengo prácticamente decidido.

Mañana espero volver a sufrir en la bici. En la Cannondale.

Besos en los morros