El IronMan como una forma de entender la vida

sábado, octubre 08, 2005

Anochece en Madrid

Hoy tocaba piscina y una hora de carrera suave. Por el coñazo del holter no he podido nadar, pero no me preocupa.

Álvaro cumple un año hoy. Ha vuelto de la guardería con una corona en la que decía 'Felicidades Álvaro'. Hemos ido al pediatra y está estupendo, pero tiene que mejorar de la tripita. No hemos ido a su piscina por que tiene un poco de dermatitis en el trasero. Nada grave.

Hacía mucho tiempo que no corría una hora. Mucho más que no lo hacía sin pulsómetro. He corrido por sensaciones y han sido muy buenas. Dejé el coche en la facultad de Derecho de la Complutense y bajé trotando hasta la pista que hay en frente del INEF y de Arquitectura. Han pasado unos meses desde que no pisaba esa pista. Después de 20 vueltas, he subido de nuevo, trotando por la Universidad hasta completar la hora.

Yo estudié Sociología Industrial y Sociología Política en Somosaguas. Pero antes de eso pasé un año en Aparejadores, frente a la pista de atletismo. Fue entonces cuando descubrí ese polideportivo (hace ya 16 años) y, desde entonces, es la base de operaciones de mis entrenamientos de carrera junto con la Casa de Campo. En Aparejadores duré unos meses: aquello no iba conmigo; pero la pista de tierra y el cesped central los llevo siempre a mi lado. Ahí preparé la media maratón, corriendo a las 8 de la noche en febrero y nevando. ¡Qué tiempos!

Anochecía mientras trotaba a buen ritmo por la 'pelusa' (siempre que puedo corro por hierba) y de nuevo veía como se mezclaba la claridad de la luna con los colores violáceos del cielo por encima de la Casa de Campo. Es una gozada ver la luna en cuarto menguante sobre un cielo que va cambiando de color hasta quedar en un azul pardo, débil pero sostenido. Han sido decenas de tardes como esa, en la que el olor a sudor se mezclaba con el olor de la cocina del colegio mayor 'Casa do Brasil'. Suspiraba por cualquiera de las fritangas que se olían a las 9 de la noche, justo antes de que cerraran la pista, mientras quedábamos 4 gatos trotando.

Hoy, además, he corrido con la camiseta de la última San Silvestre. Ya sé que esa no es una carrera. Ya sé que muchos de los que van no han corrido en su vida. Pero me emociono pensando en que me unen mucha más cosas con la mayoría de esa gente que corre un 31 de diciembre que con muchos con los que hablo todos los días.

No creo demasiado en las patrias, en las banderas, religiones... Me parece una suerte haber nacido en esta tierra, en esta sociedad que casi siempre es tolerante y en una economía que todavía se preocupa por los que lo pasan un poco peor. Me alegro de haber nacido en el norte, en occidente. Me alegro de ser cristiano (aunque no soy ningún ejemplo a seguir y hay muchos aspectos de la iglesia que me tocan los cojones) y me alegro de entenderme con los europeos. Como Goethe decía, el arte no tiene patrias, en universal. Yo pienso lo mismo del deporte. Y eso es lo que me une a mucha gente.

Me unen las ganas de correr, las ganas de bajar un tiempo. Me unen los sudores valdíos en otoño, las muecas enseñando los dientes en una cuesta. Me unen las manos que saludan cuando me cruzo con otro ciclista en la carretera. Las sonrisas en la piscina con esa gente que no conozco mas que de compartir calle.

Por eso, cuando me he puesto la camiseta, he recordado que formo parte de una gran familia, de una gran 'nación' formada por personas de todo el mundo, que salen cada día a mantenerse en forma, a mejorar un crono o a relajar la tensión diaria. Me siento mucho más cerca de todos esos compañeros y compañeras, con los que no he compartido una palabra, pero sí una cara de dolor al acabar una serie, que de algunos a los que veo todos los días.

Entre nosotros formamos una especie de 'ONU' que nos diferencia de entre el resto de los mortales. Me encanta ser parte de ese espíritu.

Suerte a mis compañeros que se enfrentan en Ibiza a un bonito reto el domingo.

Tengo sueño, me voy a dormir.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Ese sentimiento "patrio" también muchos lo compartimos.

Una pegatina en mi coche informa al que la ve acerca de mi nacionalidad. La pegatina dice TRI, y en pequeñas letras al pie "Swin- Bike -Run" Los que me conocen no me preguntan, porque saben la contestación.A los que no me conocen tanto y me preguntan que significa "Tri", les digo que es el nombre de mi patria, mi planeta...jejeje, tendrías que ver la cara de algunos cuando les digo esto!!!

Una pena que no me quede ninguna pegatina para regalarte. Petrus y Carmencita también las tienen en sus coches. En Lanzarote seguro que las encontrarás...

Un abrazo y a seguir entrenando. Suerte.

p

3:35 p. m.

 

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