El IronMan como una forma de entender la vida

miércoles, septiembre 14, 2005

Más de lo mismo

Más de lo mismo en casi todo: en la cantidad de cosas que hacer en el curro, en el tema del piso, en el dolor en la planta del pie, en el gim...
Hoy tocó carrerita para calentar, espalda, bicep, cuádricep, abdos y lumbares. Como el grandísimo cabeza de chorlito que soy, me olvidé de estirar el gemelo. Estaba obsesionado con estirar la espalda y me olvidé de la planta del pie. Me dí un baño helado, duchita y para casa. Ahora me molesta algo el aquiles y la planta. Por cierto, tengo que repasar el blog por si no os he comentado el uso del calcetin anti-fascitis (ya ni me acuerdo de lo que escribo).
Mañana quiero nadar y hacer algo de bici indoor (con un sillín que parece un sillón con orejeras, así son las bicis de cualquier gim... a ver si me pillo un rodillo). El viernes trotaré si tengo el pie en condiciones, pero tengo un evento de mi departamento en las hoces del Duratón (todo el día haciendo el indio con las piragüas) y luego piscina con Álvaro y no sé a qué hora acabaré y en qué condiciones.
Me estoy acojonando con el corazón y es lo último que me apetece añadir a mi vida. Me acuerdo de Greg Welch, que creo que dejó el triatlón poco después de ganar Hawaii (¿recordáis el salto que dio en la meta?) por un problema caardíaco. Un amigo suyo murió poco antes por otro problema de corazón... Joder, no quiero ser un fiambre, pero tampoco quiero ser un cagón.
Son las 12 de la noche y el sueño de Álvaro es ligero... me da a mi que se va a poner a berrear en seguida. Por cierto, a los que son padres: ¿por qué cojones los bebés lloran justo cuando te quedas dormido? Te metes en la cama, coges la postura (complicada con el calcetín anti-fascitis), te acurrucas, te amodorras, no oyes nada... te quedas dormido, en un estado de sensación cojonuda del tipo 'estoy dormido, pero soy consciente de que estoy dormido y eso lo hace todavía mejor' y en ese momento ¡zas! El peque lanza un berrido, pide agua y tienes que levantarte. Te levantas, le das el bibe con agua, le pones uno de los 18 chupetes que hay por la cuna y, una vez acoplado y completamente KO, te vuelves a la cama, a repetir desde el principio el proceso.
No os penséis mal. Adoro -aunque me joda infinitamente que me rompa el sueño- cada vez que Álvaro se despierta porque puedo ir a verle y, cuando vuelvo a la cama, pienso en todos los momentos buenos que me quedan por vivir. Somos unos afortunados y, cuando veo a mi hijo me doy cuenta de la suerte que he tenido en esta vida (mi trabajo me ha costado también 'fabricar' esa suerte).
Una vez, hace mucho tiempo, una bruja buena, algo loca, me dijo que si deseaba algo con mucha fuerza, el universo colocaría las piezas para que se cumplieran mis sueños. Siento que el universo ya se ha puesto en marcha para unos cuantos proyectos. Seguiré 'fabricando suerte' para que todo sea más fácil.
Hasta mañana.
Dani