Carlos y Almudena han venido este puente desde Sevilla y aproveché para verles ayer por la tarde. Se han quedado embarazados (su boda coincidió con el IM de Hawaii del año pasado) y quedamos a las 8 y media para celebrarlo. Lo sabe muy poquita gente, ni siquiera sus padres, y ahora están en un mar (océano) de dudas sobre lo que hay que hacer. Les conté someramente lo que procede. A las 10 y media tuve que decirles que me iba a casa porque me encontraba realmente mal: dolor de cabeza, tiritona, flojera generalizada, dolor de estómago... Lo que se dice estar hecho un calcetín (sudado).
Esta mañana, una vez disfrazado de ciclista, el menda se levantó casi igual que anocheció ayer. El mal cuerpo me envolvía con una estúpida persistencia. Llamé a Zubi y le dije que salía, pero que no prometía nada. Primero pensé en llegar hasta el muro de Colmenar. Luego a Cerceda y Soto y para casa. Luego al Cerro y, al llegar otra vez a Colmenar, por favor, esta vez sí tocaría de vuelta. Y luego, desgraciadamente, nos volvimos a plantar en Cerceda. Y en Soto. Y en Colmenar. Y en Tres Cantos. Y en la madre que parió al puto Ironman. 5 horas y 25 arrastrado como un perro, sufriendo desde el metro primero hasta el kilómetro 145. Una salida pestosa, con puñales en el estómago, con mucho rato en solitario, con un silencio obligado. Salida sólo trufada por la compañía del gran Beni y sus gemelos descomunales, hercúleos, durante unos cuantos kilómetros (vistos a lo lejos, muy a lo lejos, cuando le daba por apretar un poco). Y por el gran Zubi, al que hoy le ha tocado ir de niñera (me tocó a mi el jueves). En fin, que estoy destrozado.
Y esta tarde me he regalado un poco de recuperación. A las 21:00 he salido de casa y he aparcado en Pedro Valdivia esquina con Velazquez. En el jardín de uno de los chalets que unen esas calles el olor a jazmín reventaba el gris de la tarde. Inundaba unos metros de ciudad y los llevaba hacia un tiempo y un espacio muy alejados en mi cabeza, allá cuando tenía 10 años y veraneaba en casa del pueblo de mis abuelos, en Teba (Málaga). Entré en el VIPs, ojeé unos libros de fotografía. De arte. Quizá alguna novela. Compré la Gentleman y volví al coche por la misma mágica esquina.
Conduje el coche hasta la calle de Goya. Aparqué casi en frente de Palazzo. Conecté la iPod y, mientras escuchaba "Eyeinthesky" versionada por Noa, fui camino de un helado doble de menta.
Pegando lametazos y jugando con la cucharilla bajé, con una temperatura estupenda, hasta ClaudioCoello. Paré en el escaparate de Hackett y en el de Brioni. Subí al callejón de Jorge Juan, donde siempre sobra el buen gusto. La noche ya era cerrada y apenas me crucé con alguna persona. El helado se terminaba. Paseo cadencioso hasta llegar a Castelló y volver al coche. Sin prisas. Sin ruidos. Sólo música y la consciencia de ser dueño de mis pensamientos.
Vuelta a casa con la ventanilla del coche bajada, disfrutando de los 25 grados de temperatura, de las piernas descansadas y del CD de Antonio Vega, sobre todo de "Lucha de gigantes"
Y ahora, en casa, contando mis cosas y tomándome un zumo de limón con mucho hielo y volviendo a recordar ese olor maravilloso a jazmín. Es realmente genial estar vivo.
Acho! que raro eres, sabes sufrir y disfrutar sin gastar dinero, en los tiempos que corren no es lo normal, verdad? por cierto tengo un jaminero en el huerto que junto con el limonero yintonero es de lo que más orgulloso me siento, bueno mi camisena finisher también, jajaj. un saludo máquina....
que razon llevas.... sobre todo en dos cosas, primera: en el puto ironman, segunda: en lo de estar vivo. no sabes lo identificado que me siento. saludos, Diego.
Has conseguido que huela los jazmines y saboree la menta, pero me queda la curiosidad de saber cómo se llamaba la gente con quien te cruzaste. Cada día eres mejor "Contador". Ya estás con Kennet.
Cada día me asombra más tu capacidad de sufrimiento... y la envidio no sabes como.. Hay una heladería en Puerto del Carmen muy chula, por si durante la marathón del IM quieres ir corriendo como un auténtico dandy ;)
11 Comments:
Asi es "junta letras": con dos cojones!
12:56 a. m.
Acho! que raro eres, sabes sufrir y disfrutar sin gastar dinero, en los tiempos que corren no es lo normal, verdad? por cierto tengo un jaminero en el huerto que junto con el limonero yintonero es de lo que más orgulloso me siento, bueno mi camisena finisher también, jajaj. un saludo máquina....
11:40 a. m.
Sensaciones parecidas tenemos, vive dios.
11:06 a. m.
que razon llevas.... sobre todo en dos cosas,
primera: en el puto ironman,
segunda: en lo de estar vivo.
no sabes lo identificado que me siento.
saludos,
Diego.
5:05 p. m.
Cuando termines LZ hablamos seguro piensas distinto....undia malo todos lo tenemos
5:11 p. m.
Has conseguido que huela los jazmines y saboree la menta, pero me queda la curiosidad de saber cómo se llamaba la gente con quien te cruzaste. Cada día eres mejor "Contador". Ya estás con Kennet.
5:27 p. m.
Te has saltado el ratito en el D'Angelo...que hay que contarlo todo, cohones !!
Un abrazo artista
6:08 p. m.
Genial el post tio, genial. Animo que lanzarote te espera¡¡
12:25 p. m.
Cada día me asombra más tu capacidad de sufrimiento... y la envidio no sabes como..
Hay una heladería en Puerto del Carmen muy chula, por si durante la marathón del IM quieres ir corriendo como un auténtico dandy ;)
1:40 p. m.
Magnífico post!
En cuanto el stress te da un metro, veo que sabes comerle el terreno, y hacerte con la posición.
Curioso. También para mi el jazmín es el olor de la niñez en casa de mis abuelos. En este caso en Jerez.
Espero que sigas estando y sintiéndote vivo.
Cuando descubras nuevos pequeños lujos nos lo cuentas.
11:55 p. m.
hay que ver cómo estamos????!!!
4:17 p. m.
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