El IronMan como una forma de entender la vida

domingo, junio 18, 2006

Vicente Sánchez

Vicente Sánchez. Un nombre vulgar para un tipo a priori vulgar. Pero no.

Hoy, antes de escribir sobre el entrenamiento del día (que ha sido muy bueno) quiero decir unas palabras sobre este tipo.

No sé si habréis leído en El País, ayer u hoy, el relato del accidente de un camionero el viernes. La cosa fue muy simple: camión que se sale en un puente, caída brutal, incendio pavoroso... Pero lo que sigue a continuación no es tan normal.

Vicente Sánchez, ese tipo con un nombre normal, para su coche al ver el humo cuando viene con un amigo de intentar escalar (se vuelven por el mal tiempo). Vicente Sánchez, piensa rápido, analiza, calcula los riesgos y baja echando leches a por el camionero que está atrapado en la cabina del camión en llamas. Vicente Sánchez no es gilipollas (es escalador y la montaña nos enseña mucho sobre los riesgos -¿verdad Buldeban?-) y calcula cómo es la mejor forma de aproximarse para que, en caso de una probable explosión, los daños sean los menos posibles.

Este tipo normal, este señor que, insisto, se llama Vicente Sánchez, con dos cojones y una cabeza en su sitio, saca al camionero del infierno y le pone a salvo. Le intenta reanimar. Las fotos de la secuencia y el relato en el periódico cortan la respiración y provocan lágrimas (al menos las mias).

Todo fue en vano porque el pobre chaval que conducía el camión respiró demasiado humo y no se pudo hacer nada por él.

Desconozco si Vicente Sánchez es un cabrón, un mal amigo o mantiene en su vida diaria otro tipo de comprotamiento reprobable. Me da igual. Me quedo con la idea de un tipo anónimo que arriesga su vida en un momento delicado por intentar salvar la de un semejante.

Mañana, dentro de unos días o unas semanas, Vicente Sánchez será otra vez sólo Vicente Sánchez. Un tipo que un día se comportó como un héroe, como un modelo de ciudadano.

Me gusta soñar con un mundo lleno de Vicentes Sánchez. Gracias Vicente.

1 Comments:

Blogger emonje said...

Yo amo la montaña,me ha dado mucho sin pedir nada a cambio...pero no me fío de ella ni un pelo...

Gran tío este Vicente

9:53 p. m.

 

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