Feliz Año
Acabamos el 2005 como cabía esperar: trotando alegremente en la San Silvestre para terminarla en 1:02. No es una carrera, es una pachanga en la que se vuelve a ver a la familia.
En la salida estuve con Carlos Pollín, más pollín que nunca, Carlos Acedo y María, que se separaron de nosotros a la hora de echar la última meadita antes de empezar, a Susana Vilches, que en cada nueva carrera va mejor (he creado un monstruo) y a Nacho el niño del Aguaverde, que estaba buscando a más gente del club y con el que no pude charlar mucho porque me esperaban para la salida.
El ambiente fue tan estupendo como siempre, la gente animando y el recorrido cuesta abajo, que se agradece. Lo peor: el infierno de la vuelta, atascados, pero es lo que hay.
Cenamos con mi madre en casa: queso de cabra al horno con tostas de baguette, jamón de jabugo pata negra, foie con compota de manzana y mermelada de cebolla y ensalada con láminas de foie. Además, yo ataqué unos huevos con patatas, que es lo que más feliz me hace. Lambrusco rosado para beber y mi madre se empeñó en brindar al final con El Gaitero... tradicional que es la mujer.
Deseo lo mejor para los mejores, es decir, para todos aquellos que luchan por sus sueños, para los que buscan, para los que tienen inquietudes, para los que siempre quieren más, para los que hacen planes y no viven en el pasado, para los que disfrutan con la sonrisa de un niño o con un sudor como recompensa de una mañana de bici.
Feliz año para casi todos.
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