El IronMan como una forma de entender la vida

sábado, junio 10, 2006

Viento

Me encanta ir acoplado en la bici. Me encanta esa sensación de fluidez, de fundirme con el viento. No voy rápido, pero voy feliz.

La bici en Lisboa casi fue donde más disfruté. Como os dije, la natación no fue muy fina (no lo será este año, me faltan largos de piscina), pero en la bici me sentí muy cómodo.

Da gusto colocar las cosas en las cestas, preparlo todo mientras intentas no pensar en nada cuando queda apenas una hora para que todo comience. Los boxes, con mi burra en primer término quedaban así a primera hora, antes de que se apiñaran el resto de máquinas y de trastos en el suelo:


Sobre la carrera... Fue un coñazo el tema de la transición, pero de eso hablaré otro día. Simplemente me lo tomé con calma.

Al salir con la bici en la mano sólo pensaba en pasar 3 buenas horas a un ritmo comedido. La cara lo dice todo mientras llegaba a la zona de salida.


A menos de 50 metros montado, con el empedrado de 750 metros destrozando las ruedas, el traqueteo provocó un ruido en la bici y empecé a oir voces. Gritos. Giré la cabeza y vi una mujer que venía corriendo detrás de mi: se me había saltado el cuentakilómetros. Imagino que no estaría del todo bien fijado, pero me extrañó bastante que se saliera. Tiempo perdido.

A la vuelta, otra vez al coger el empedrado, la botella de Isostar que llevo detrás del sillín (que aparece en la foto) saltó por los aires y se fue a tomar por culo. Otra vez susto, parada y un señor me acercó los restos de la botella con el tapón destrozado. Si llego a saber que los avituallamientos eran tan fáciles y completos no hubiera parado. Debutante que es uno...

La verdad es que en la zona de empedrado, donde había público, estaba más preocupado por mis Spinnergy que por otra cosa. Fui suave, pendiente de no caerme ni de que la bici sufriera. Me pasaron unos cuantos.

Acerca del perfil, los que hayáis leido alguna crónica, e-mail en algún foro o la revista Finisher sabréis que el recorrido fue prácticamente plano y CON UNA AUTOPISTA CORTADA para nosotros: una gozada. No sé si eran 2 o 3 carriles por sentido sin tráfico. Un lujo que había que disfrutar. Disfrutar acoplado la mayor parte del tiempo. Mirando al suelo, sintiendo las piernas fáciles, cadenciosas. Contemplando a la derecha el Tajo.

Con mi anterior bici, la vieja Contini, tenía un acople 3T que no había forma de que me viniera bien: me atrancaba al ir acoplado. Con el Profile las cosas han cambiado mucho. No siento las rodillas en el pecho. Perdón, las siento, pero me parece que es una postura ideal. Cómoda. Fácil.

El recorrido eran 4 vueltas de unos 11km de ida y otros tantos de vuelta. No fueron 90, sino 87 según comenté con algunos participantes al terminar. Y no lo sé con seguridad porque la medida del cuentakilómetros estaba tomada para las ruedas de entrenamiento, no para las Spinnergy, así es que tanto distancia como velocidad eran aproximadas. Me da igual.

La ida tenía al final un repecho de un km aproximadamente con muy mala leche. Mucha mala leche si vas acoplado a toda pastilla porque obliga a ponerse de pie y jorobarse un poco. Es decir, que 4 veces hubo que apretar un poco los dientes, pero para mantener la velocidad, no para sufrir.

Mi objetivo era hacer 3 horas, a una media de 30. Casi lo consigo, porque finalmente hice 3 horas y algún minuto, pero me importó bastante poco. En la última vuelta, volviendo ya a boxes, me dio un pequeño bajón que seguro que se comió 2 o 3 minutos. Nada importante.

En esta foto se ve la pinta de velocidad que llevo con el Gatorade en la mano en una de las pasadas cerca de boxes, donde estaba el empedrado.

Anécdota: en una de las rectas llanas de la bici, a 42km/h oí un zumbido cada vez más fuerte y pensé que era una moto a lo lejos. Mis cojones treintaytrés, que decían en la peli "El otro lado de la cama". Era el primero de la general que me pasaba como si un servidor fuera a 10km/h. Me pareció un tipo sacado de otro planeta y no podía imaginarme a qué velocidad iría. En fin, es lo que tiene ser un profesional: vas a toda leche, de forma natural.

Me quedo con los ánimos del público, con los gritos de Dani H20, con las buenas sensaciones y mi capacidad de regular (en exceso, pude hacer 15 minutos menos fácilmente). Me quedo con la comodidad de casi 90 km disfrutando. Me quedo con la power bar que me comi y con la otra y el gel que no me tomé: pensé que no lo necesitaría y acerté. En fin, que me quedo con un buen sabor de boca con mi primera bici en un tri, aunque pude ir algo más deprisa.

Sobre el título del 'post' "Viento", lo he explicado antes en un comentario: no hacía viento en Lisboa. Para mi, en un tri hay agua, viento, tierra y el fuego que uno lleva dentro y que enciende el ánimo de la gente. Me queda por contaros la tierra y el fuego.

La bici terminaba. El sueño seguía.

3 Comments:

Blogger Dani_ironmandream said...

Cuando titulo "Viento", hago referencia a la sensación de velocidad en la cara, no a que ese dia hiciera realmente viento.

9:42 p. m.

 
Blogger 226 said...

Y nos querías dejar sin volver a leer otra crónica así, allá por la primera semana de julio ???

Venga, poco y ya verás que si. Un

IronAbrazo

10:52 a. m.

 
Anonymous Anónimo said...

Como me molan tus guantes,, no los cambies para Roth, mantente firme.
Serfinisher

10:06 p. m.

 

Publicar un comentario

<< Home