El Rey Miguel
Los que conozcan el carril bici de Colmenar sabrán que hay una pintada en el suelo, cerca de El Goloso, en la que se lee "El Rey Miguel".
Tuve la inmensa suerte de estar trabajando en París el año de su quinto Tour. El recuerdo imborrable del medio día en los Campos Elíseos, junto con la posterior fiesta en la embajada, es algo que llevaré siempre conmigo.
Son días feos para el ciclismo. Para el deporte. Para muchos de nosotros. Para los que pensamos que cierta forma de triunfo sólo puede ser interior. Para los que no sólo nos importa el resultado, sino cómo se ha llegado y cómo hemos terminado. No vale cualquier camino; no vale cualquier forma de llegar a la meta.
Si me dijeran que el Rey Miguel fue un tramposo me romperían un montón de tardes de pasión, de vibrar en el sofá de casa, de disfrutar como un crío. Me quitarían ciertas ilusiones.
Por eso ahora, mientras escribo, escucho la banda sonora de "La Misión", ese oboe casi divino del maestro Morricone. Por que me traen a la memoria, esos compases, algunas tardes de julio en las que uno pensaba en la épica, en subidas impecables y en marcianos de Navarra luchando contra el crono, con un casco imposible y unas piernas casi tan grandes como su corazón.
Hoy Contador es dorado como un pequeño dios griego. Espero que mañana, o pasado mañana, o cualquier día de estos, no tenga que escuchar otra vez a Morricone sabiendo que Contador, con su cuchillo entre los dientes, o el Rey Miguel, recto, afable, casi humano, se han convertido en mierda de color marrón. Marrón casi negro.
Vuelvo a pediros unos minutos para que escuchéis esto.
Por cierto, hoy he nadado mil metros, con mucha técnica y he comido con Esteban, gran deportista y (si cabe) mucho mejor persona. Suerte, Jabalí, para este sábado.
Si me dijeran que el Rey Miguel fue un tramposo me romperían un montón de tardes de pasión, de vibrar en el sofá de casa, de disfrutar como un crío. Me quitarían ciertas ilusiones.
Por eso ahora, mientras escribo, escucho la banda sonora de "La Misión", ese oboe casi divino del maestro Morricone. Por que me traen a la memoria, esos compases, algunas tardes de julio en las que uno pensaba en la épica, en subidas impecables y en marcianos de Navarra luchando contra el crono, con un casco imposible y unas piernas casi tan grandes como su corazón.
Hoy Contador es dorado como un pequeño dios griego. Espero que mañana, o pasado mañana, o cualquier día de estos, no tenga que escuchar otra vez a Morricone sabiendo que Contador, con su cuchillo entre los dientes, o el Rey Miguel, recto, afable, casi humano, se han convertido en mierda de color marrón. Marrón casi negro.
Vuelvo a pediros unos minutos para que escuchéis esto.
Por cierto, hoy he nadado mil metros, con mucha técnica y he comido con Esteban, gran deportista y (si cabe) mucho mejor persona. Suerte, Jabalí, para este sábado.
4 Comments:
Dani, lo mismo se me ha pasado por la cabeza con estos ultimas feas noticias que agitan el Tour. a dia de hoy, ya no pondria la mano en el fuego por nadie, ni siquiera por Miguel, que para mi ha sido el mas grande. Es asi de triste, pero creo que la propia naturaleza del deporte de elite en general y del cilismo en particular, de alguna forma, empuja al corredor a hacer trampas, incluso a costa de su propia salud. Cuando algunos dicen que hoy (despues de un caso mas de doping) el ciclismo esta mas limpio que ayer, yo tengo mis dudas. ¿Pudiera ser que el doping esta tan extendido en el ciclismo profesional que es solo cuestion de tiempo (y de tecnologia en el control antidoping) que este o aquel corredor sea pillado?
2:14 p. m.
Yo creo que no hay ciclismo como el de antes pero no olvides que el doping siempre estara presente.
Creo que lo nuestro tiene mas valor solo con nuestra costancia y pasion conseguimos nuestros retos.
Si mereze la pena escuchar al MAESTRO fabuloso GRACIAS.
Saludame a Esteban persona encantadora con su familia y ati gracias por permitirme leer tu blogger y apreder de Enrico Moricone un saludo desde Suiza
Tante (ares constantino)
2:28 p. m.
... y gran impresentable. Te debo el libro pero como me saques los colores otra vez me lo quedo...
10:45 p. m.
"Para los que pensamos que cierta forma de triunfo sólo puede ser interior. Para los que no sólo nos importa el resultado, sino cómo se ha llegado y cómo hemos terminado. No vale cualquier camino; no vale cualquier forma de llegar a la meta."
Estoy contigo 100%.Con tu permiso me la copio para mi cuaderno de citas (literarias eh?! :-))
Un saludo!
12:06 a. m.
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