Hermanos

Una de las cosas buenas que tiene este deporte, y de la que casi nadie habla, es de la increible gente que uno va conociendo casi por casualidad.

Colegas de club a los que casi nunca veo, con los que sólo cruzo mensajes en un foro, y que te animan cuando estás jodido (Zubi antes de ser Zubi, Sermor, Termin...). Gente con la que hablas en una prueba, te saludas cuando te cruzas en el recorrido de bici, te ries en la entrega de premios y parece que llevas toda la vida entrenando con ellos (Fermax, Martina...). Entrenadores que te tratan como si fueras un pura sangre y no como un paquete con piernas (qué grande eres, Pablo). Leyendas a las que les preguntas dudas sobre qué IM elegir y te mandan toda la información que tienen (Talín). Y gente como Esteban, que son una luz de sentido común y locura en el mundo deportivo.

Y luego hay tipos con los que un día linkas un blog, cruzas dos mails... Y resulta que te resuelven el alojamiento en Austria sin apenas conocerte, se ponen a disposición del que lo necesita y te abren su casa. Antonio Gamero, que será papá en un par de semanas, es ese tío. Alberto Cabanas se está viendo con problemas para encontrar cama en Austria y Antonio le ha mandado su teléfono particular para echarle un cable. Eso es compañerismo y lo demás son majaderías .

Sólo había visto este espíritu de hermandad en la montaña (te recuerdo, Javi). Es realmente cojonudo saber que si estás colgado, alguien se vuelve y te echa una mano. O las dos.

Ayer, otra hora y veinte de rodillo. El Señor de los anillos avanza en el portátil.